... Que el abuelo de la Luna ata un hilo rojo en la muñeca de cada niño que nace, ese hilo está atado a muchos otros hilos, que a su vez sujetan las muñecas de todas las personas con las que ese niño está destinado a encontrarse...
A medida que el bebé crece, los hilos se van acortando, acercando cada vez más a aquellas personas que están destinadas a reunirse a pesar del tiempo, del lugar o de las circunstancias, el hilo puede tensarse o enredarse, pero nunca se romperá.
Tal vez esta leyenda tenga parte de verdad, porque es innegable que existe algo que nos une y nos hace encontrarnos con la persona adecuada o destinada. En nuestra vida, podemos conocer a muchas personas, pero siempre existen aquellas que son especiales y es como si hubiera algún lazo invisible que nos une a estas personas para siempre. Por eso a veces se tiene la sensación, cuando nos enamoramos, de que ya queríamos a esa persona antes incluso de conocerla.
¿Y tú, has encontrado a la persona que está en la otra punta de tu hilo rojo?
Cuento corto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario