lunes, 16 de enero de 2017

EL OLENTZERO: INTRODUCCIÓN



Al igual que en algunos países tienen a Santa Claus, San Nicolás o Papa Noel, el Olentzero (Pirineo navarro), el Caga Tió (Pirineo catalán), y la Tronca, Tocha, Tizón....(Pirineo aragonés), son personajes que cada Nochebuena se acercan a los hogares de los niños para traer los regalos más madrugadores de las Navidades.

La fiestas de invierno más importantes del Pirineo navarro, Navidad y los Carnavales, comienzan el 24 de diciembre, Nochebuena, con la salida del Olentzero, uno de los mas populares personajes navideños. Unas veces pastor, otras carbonero, bonachón, borrachín y comilón que baja del monte para anunciar la llegada de la Navidad, y trae regalos a los niños, vestido con boina y un saco; un rechoncho olentzero (Olentzaro, Onentzaro, Onontzaro...), que fuma pipa y canta su canción preferida (Horra, horra, gure Olantzero).

Esta es una de las tradiciones más ancestrales que todavía se conserva en estas tierras, principalmente en lugares como las comarcas de las cuencas del Bidasoa, Lesaka, Larraun y Arakil, y que se ha extendido a numerosas poblaciones y a su capital, Pamplona, donde es típico el desfile de los Olentzeros acompañados por txistus y tamboriles en la tarde del dia de Nochebuena.

Probablemente su procedencia geográfica se sitúa entre los territorios de Navarra y Guipúzcoa, donde hoy en día resulta extraño concebir la Navidad sin la existencia de este personaje complejo, a caballo entre la mitología y la tradición. La figura del Olentzero, constituye la mezcla de una serie de fenómenos culturales que fueron tomando la forma actual, y cuyo punto de unión ha sido solamente la coincidencia temporal y territorial, pues no siempre se ha concebido tal y como hoy la conocemos; existen diferentes versiones a lo largo del tiempo, pues tanto su vestimenta como su profesión varia un poco dependiendo de las zonas donde se celebra esta tradición. En algunas zonas dicen que es un carbonero, en otros lugares dicen que tiene los ojos rojos casi sanguinolientos, en otros que su cara manchada de carbon es casi negra. Para algunos se trata de un personaje mitológico, precristiano, que viene a anunciar la llegada de la navidad; para otros, en su origen, hacía alusión a la época del solsticio de invierno y su celebración; algunos pueblos creían que este personaje se descolgaba por la chimenea con un hoz y cortaba el cuello a los niños que se portaban mal (similar al hombre del saco); otros le otorgaban 365 ojos, tantos como dias tiene el año y entraba cada Nochevieja en los pueblos para llevarse a los niños que encontraba despiertos.

En Leiza, lo colgaban a modo de tótem protector en balcones y ventanas, costumbre que también se recuerda en Arakil. En la comarca del Bidasoa lo paseaban los niños, sentado en una silla, mientras pedían el aguinaldo. En Larraun tenía aspecto siniestro y lo colgaban de las cocinas junto a la chimenea con una hoz en la mano y boina hasta después de la misa del gallo como simbolo de prosperidad y buena suerte. En Lesaka es donde está más arraigada esta tradición, y la celebración gira en torno al concurso de olentzeros, muñecos de paja o hierba, que se visten de una manera especial y que compiten entre sí para premiar la mejor presentación. Las cuadrillas acuden a la plaza con su olentzero, el 24 de diciembre a las 12 horas en donde tiene lugar un concurso para elegir al ganador del año; por la tarde, un pasacalles con el olentzero ganador y banda de música, recorre las calles de la localidad. Los primeros escritos del Olentzero como muñeco proceden de esta zona, y por eso hay mucha gente que dicen que el Olentzero nació en Lesaka.

Como podemos observar, son muchas y variadas las versiones que giran en torno a este curioso personaje, tanto en su su representación como en la manera de celebrarlo. Sin embargo, parece claro que el origen mitológico del olentzero se asemeja a los espíritus vegetales, árboles, troncos, que existen en los bosques de toda Europa y que, curiosamente, tienen su mayor actividad en tiempos de solsticio, cuando el fuego purificador se convierte en protagonista. El solsticio de invierno se celebraba con la quema de un tronco de árbol que hoy en día es el tradicional tronco de Navidad que recibe diferentes nombres según el lugar: Toza, Tronca, Tizón, Caga Tió, Olentzero.....





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